¿Cómo fueron los orígenes de la arqueología en Panamá? #ArqueologíaPanamá
La Arqueología ha sido practicada en Panamá desde alrededor de 1850. Hoy día, esta práctica existe para explorar con profundidad la historia de la cultura panameña.
Como en otras partes de America, durante el siglo XIX coleccionistas y aventureros arribaron al territorio panameño, en busca de recolectar objetos que sirvieran para adornar salas de exhibición o interiores de casas particulares, tanto aquí como en el extranjero; tras el hallazgo de sepulturas precolombinas con espléndidas piezas de orfebrería.
A partir de 1858, cargamentos de piezas de piedra, metal y cerámica se enviaron al extranjero, algunas de las cuales terminaron en las colecciones de museos como el Smithsonian en Washington D.C. (Cooke y Sanchez, 2004; Lothrop, 1959). No obstante, es durante esta época que se despierta el interés de algunos investigadores extranjeros en el país. Es así, que a partir de la clasificación de algunas de estas colecciones de artefactos se empiezan a plasmar algunas ideas acerca de los grupos humanos que produjeron estos artefactos. Por ejemplo, William H. Holmes y George MacCurdy senalan que las vasijas estudiadas representaban una unidad más o menos consistente y, que los distintos medios empleados por los artesanos indígenas – piedra, barro y metal – estaban vinculados temáticamente (Cooke y Sanchez, 2004).
Se podría decir que estos primeros trabajos se enfocaron en la descripción del arte precolombino, los cuales reflejan las corrientes intelectuales francamente anticuarias de las grandes universidades europeas y norteamericanas.
Imagen 1.- a-f: vasijas ilustradas por William Holmes; g,h: dibujos de dos sepulturas en chiriqui hechas por de Zeltner, cónsul de Francia en Panamá (1866); i: William Holmes. (tomado de Cooke y Sánchez, 2004, pág. 5, fig. 1).
Por otro lado, a finales de la década de 1920 la campaña realizada por los suecos Sigvald Linné y Baron Erland von Nordenskiöld por el Archipiélago de las Perlas, la costa Este de la Provincia de Panamá y el Darién y por el litoral caribeño desde el río Calovébora hasta el Golfo de Urabá, representó el primer esfuerzo por ordenar datos de campo en el espacio y en el tiempo y por compararlos de manera coherente con parámetros sociales y tecnológicos de las otras regiones de la América prehispánica.
Sin embargo, para esta época todavía existía una apreciación del desarrollo humano que aún no se beneficiaba de los fechamientos radiométricos, lo cual influyó en la forma en como en estos primeros trabajos de campo en el país se interpretaran los orígenes de las culturas prehispánicas responsables por éstos, achacándosele con frecuencia a la difusión desde hipotéticos y, a veces, fantásticos epicentros ancestrales (Cooke y Sanchez, 2004).
En Sitio Conte, extensas excavaciones dirigidas por Henry Roberts (1930-31) y Samuel K. Lothrop (1933), pusieron al descubierto sepulturas, pilas de cantos rodados, hileras de columnas de piedra así como depósitos estratificados de desechos. Señalo que en el Panamá prehispánico existían áreas culturales distintas entre sí, con tradiciones iconográficas propias (Chiriqui, Veraguas, Coclé, Darién).
Imagen 2.- Sitio Conte: Izquierda; excavaciones en una trinchera. Derecha; entierro. (tomado de Cooke y Sánchez, 2004, pág. 11, fig. 5).
A partir de los años 50s las investigaciones arqueológicas en Panamá proliferaron; aunque estimuladas, en cierta medida, por el continuado interés de los arqueólogos de buscar conexiones entre las culturas avanzadas de Mesoamérica y la Región Andina. No obstante, algunas investigaciones se orientaron en gran medida a las excavaciones estratigráficas que permitieran la construcción de secuencias culturales regionales a partir de estudios de cerámica y por hacer recorridos sistemáticos a fin de encontrar y comparar sitios arqueológicos de fechas diferentes en un contexto ecológico, geográfico y social; con la denominada Nueva Arqueología, que utilizó un enfoque evolucionista con una visión sistémica de cultura que enfatizaba en su variabilidad a la vez que se esforzaba por tener un acercamiento explícitamente científico al registro arqueológico y una posición filosófica positivista. (Cooke y Sanchez, 2004: Haberland, 1984; Linares, Olga F. y P.D. Sheets , 1980: Ichon, A. 1975).
Junto con estos temas centrales se dan algunos estudios específicos sobre objetos de oro, geoarqueología, entre otros. Además, se presentan análisis nuevos sobre arqueofauna, paleoambiente, zonas de explotación, áreas de actividad, análisis de rayos X en la cerámica, entre otros. Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a prevalecer la arqueología científica sobre la anticuaria, en gran medida debido a los esfuerzos de arqueólogos norteamericanos (Cooke y Sanchez, 2004).
El arqueólogo más destacado y que contribuyó ampliamente al desarrollo de la arqueología de Panamá fue el doctor Richard Cooke, quien estuvo involucrado en varios proyectos arqueológicos entre las décadas de 1970 y 1980. Uno de los varios proyectos de investigación que inició en esa época fue el proyecto Santa María en la década de 1980, en conjunto con Anthony J. Ranere, arqueólogo de la Universidad de Temple en Philadelphia, Estados Unidos; cuyo objetivo era brindar respuestas sobre muchas incógnitas en cuanto a la prehistoria panameña, incluida la naturaleza de las primeras ocupaciones, la adaptación humana a los hábitats de los bosques tropicales, los orígenes del desarrollo de la agricultura, los cambios demográficos a lo largo del tiempo (Carvajal, 2019; Cooke y Sanchez, 2004).
Imagen 3.- Imagen a: sitio cueva de los ladrones. Imagen b: Aguadulce shelter. Imagen c: Richar Cooke en Aguadulce shelter. (tomado de Ranere, 2019, pág. 5, fig. 2).
En lo que respecta al desarrollo de la arqueología a partir de los noventas y hasta el presente, se presenta más o menos similar, con temas particulares y nuevos enfoques metodológicos o bien, planteamientos específicos que generaron discusión sobre aspectos centrales del desarrollo sociocultural precolombino (por ejemplo, nuevos planteamientos sobre la ocupación inicial del istmo, enfoques complementarios de la geografía e historia cultural precolombina, tecnologías, productos endógeno versus lo exógeno, jerarquías y territorios). Los noventas también se caracterizan por excavaciones de rescate debido a la expansión de infraestructura del país y algunos estudios de investigación derivados de estas evaluaciones y rescates.
En la actualidad los Estudios de Impacto Ambiental, regulados principalmente por el Ministerio de Ambiente y por la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico en su componente patrimonial constituyen los principales generadores de información arqueológica; sin embargo, al ser estudios de corto plazo, el alcance de la información recabada es limitada. Por lo tanto, es necesario el comenzar a condensar toda la información contenida en este tipo de estudios en obras literarias que permitan avanzar en el conocimiento del pasado arqueológico panameño.
Referencias bibliográficas
Carvajal, D. 2019. Richard Cooke: arqueología y divulgación en Panamá. Cuadernos de Antropología. 29(2), 1-15. Universidad de Costa Rica.
Cooke, R. y Sánchez, L. 2004. Arqueología en Panamá (1888-2003). Panamá cien años de república. Comisión Universitaria del centenario de la república. Universidad de Panamá.
Haberland, W .1984. The Archaeology of Greater Chiriquí. En F. W. Lange y D.Z. Stone (editores), The Archaeology of Lower Central America. University of New Mexico Press, Albuquerque, págs. 233-254.
Ichon, A. 1975. Tipos de Sepultura Precolombina en el Sur de la Península de Azuero. Publicación Especial de la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico, Instituto de Cultura. Editora de la Nación, Panamá.
Linares, O. y Sheets, P. 1980. Highland agricultural villages in the Volcan Baru region. En O.F. Linares y A.J. Ranere (editores), Adaptive Radiations in Prehistoric Panama, Peabody Museum Monographs 5. Harvard University Press, Cambridge, págs. 44-55.
Lothrop, S. 1959. The archaeological picture in lower Central America. Actas del 33 Congreso Internacional de Americanistas, San José.
Ranere, A. 2019. Some observations on the remarkable career of Richard G. Cooke. Cuadernos de Antropología. 29(2), 1-15. Universidad de Costa Rica.
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