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Bajo las calles del Casco Antiguo de Panamá: ¿Qué nos dice el subsuelo de la ciudad?

El Casco Antiguo de Panamá es más que un conjunto de fachadas coloniales, plazas fotogénicas y edificios restaurados: es un palimpsesto urbano donde cada calle, muro y cimiento ha sido construido sobre siglos de historia, capas de ocupación y transformaciones del paisaje.


Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el subsuelo del Casco Antiguo de Panamá?


En el marco del Programa de Investigador Residente del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales AIP (CIHAC AIP) 2024, desarrollamos un proyecto para responder precisamente a esa pregunta. Nuestro objetivo fue ambicioso pero necesario: compilar, revisar y analizar toda la información arqueológica disponible del Casco Antiguo para entender cómo ha sido modificado el terreno desde su fundación en 1673, y qué evidencia material ha quedado registrada en los informes de excavación realizados hasta hoy.


Planta de la Ciudad y Fortificación de la nueva Panamá; hecha Año de 1675"
Planta de la Ciudad y Fortificación de la nueva Panamá 1675

¿Por qué mirar el pasado desde abajo?


Durante más de dos décadas, distintas excavaciones arqueológicas se han realizado en el Casco como parte de obras de rehabilitación o construcción. Sin embargo, la información resultante de estas intervenciones estaba dispersa, incompleta o inaccesible. ¿Cuáles capas se excavaron? ¿Qué materiales se recuperaron? ¿Se llegó al nivel estéril? ¿Cuánto del terreno fue removido o rellenado?


Reunimos más de 600 expedientes para responder a estas preguntas.


Una tabla, muchas capas


Para organizar la información, desarrollamos una tabla estandarizada que agrupa por proyecto: número de manzana, número de finca, unidad de excavación, nivel estratigráfico, descripción de la capa, color Munsell del suelo, profundidad y —lo más importante— los materiales arqueológicos localizados y su fechamiento. Esta tabla no solo nos ha permitido tener una visión comparativa entre diferentes intervenciones, sino también identificar las inconsistencias entre informes, omisiones frecuentes y zonas del Casco donde simplemente no hay datos.


Por ejemplo, mientras algunos informes describen con detalle las capas y materiales encontrados (botellas coloniales, clavos de hierro forjado, mayólicas, huesos, restos malacológicos), otros omiten completamente los niveles inferiores o simplemente repiten el patrón de “culturalmente estéril” sin justificación estratigráfica clara.


Una de las lecciones más duras del proyecto ha sido constatar que algunas de las excavaciones arqueológicas realizadas en el Casco no están debidamente documentadas ni disponibles al público. Aunque muchas fueron parte de evaluaciones requeridas por ley, los documentos no siempre contienen toda la información esperada: unidades no reportadas, perfiles incompletos, tablas de materiales ausentes o fechas sin justificación analítica.En otros casos, los materiales hallados se describen en el texto, pero no se relacionan con sus respectivos niveles de excavación. Por ello, desarrollamos un protocolo para identificar en cada informe —cuando existiera— una sección que detalle qué materiales se encontraron, en qué unidades y en qué niveles. Esta tarea fue clave para poder llenar la columna más valiosa de nuestra tabla: la de los materiales arqueológicos localizados.

Tabla de datos recopilados
Tabla de datos recopilados

El desafío de los niveles estériles


Uno de los aportes teóricos más relevantes de este proyecto ha sido reconsiderar el valor de los llamados "niveles estériles". En muchos informes, estos niveles son descartados por no contener artefactos visibles o restos materiales significativos. Sin embargo, desde la arqueología del paisaje y la geoarqueología, entendemos que estos estratos pueden ser claves para reconstruir la topografía original del sitio, reconocer patrones de ocupación discontinua y comprender las transformaciones del entorno natural.


Estudiar los niveles estériles nos permite identificar rellenos artificiales, eventos de colmatación, modificación de pendientes y otras prácticas de ingeniería urbana que los habitantes de la ciudad aplicaron durante siglos. Además, sirven como referencia para determinar si una excavación realmente alcanzó el punto de suelo virgen, lo cual es fundamental para evaluar su integridad.


Plano de la ciudad de Panamá y su entorno, por el ingeniero mayor Nicolás Rodríguez 1749
Plano de la ciudad de Panamá y su entorno, por el ingeniero mayor Nicolás Rodríguez 1749

La lectura de las imágenes

Dado que muchos informes incluían imágenes escaneadas de perfiles estratigráficos o tablas en formatos no accesibles digitalmente, otro eje del trabajo fue la lectura sistemática de estas imágenes. Cada dibujo de unidad de excavación fue revisado para identificar los patrones de achurado, referencias de profundidad y leyendas gráficas. A través del uso de escalas proporcionadas en los perfiles, se calcularon las profundidades reales de cada nivel, lo que nos permitió corregir y estandarizar la información para que fuera comparable entre distintos proyectos.


Esto no solo fue una tarea técnica, sino un ejercicio de arqueología visual: leer las capas del documento como si estuviéramos leyendo capas del suelo.


Dibujo arqueológico del perfil de la Casa Stanley.
Dibujo arqueológico del perfil de la Unidad 4 de la finca 3336, Manzana 7 (Casa Stanley).

Un mapa por construir

Si bien esta primera etapa del proyecto se ha centrado en la recopilación documental, el objetivo a futuro es construir una herramienta geoespacial que permita visualizar todos los hallazgos arqueológicos del Casco Antiguo en un solo mapa interactivo. Este mapa no solo serviría como insumo para investigadores y autoridades, sino también como una herramienta pedagógica para escuelas, museos y la ciudadanía en general. Agradecemos enormemente la participación de la Maestra Yatzín Montiel, quien nos capacitó en el uso de la herramienta para la construcción de las imágenes.


La arqueología urbana no puede seguir relegada a los márgenes de los permisos de construcción. El suelo del Casco —y lo que se ha documentado de él— debe ser visto como parte del archivo histórico de la ciudad, un archivo que necesita organización, acceso público y actualización constante.


Nube de puntos del área de San Felipe, Panamá. 
Nube de puntos con altimetrías del área de San Felipe, Panamá. 
Modelo altimétrico en escala de grises
Modelo altimétrico en escala de grises (mientras más blanco el color mayor altura)

Conclusión

Este proyecto marca un punto de partida crucial para entender el Casco Antiguo como un gran sitio arqueológico urbano, cuyas capas aún no han sido plenamente documentadas ni comprendidas. A través de la compilación, digitalización y análisis espacial de los informes existentes, fue posible no solo identificar vacíos críticos en la documentación, sino también modelar la topografía original del sitio del Ancón, revelando cómo la ciudad fue moldeada intencionalmente para responder a necesidades defensivas, comerciales y ambientales.


La implementación de un SIG arqueológico nos ha permitido ver el subsuelo como una estructura viva, aún influyente sobre la ciudad contemporánea. Sin embargo, el verdadero reto está por venir: llenar las zonas ciegas, reforzar los estándares técnicos, y fomentar una visión interdisciplinaria del patrimonio urbano.


Agradezco enormemente el apoyo del Centro de Investigaciones Histórico Antropológicas y Culturales y a todos los arqueólogos que amablemente compartieron la información que tenían en formato digital.


👉 Te invitamos a leer el informe completo y explorar sus hallazgos técnicos y metodológicos aquí


 
 
 
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